Estaba comiendo con mi padre celebrando su octogésimo cumpleaños, cuando de forma inevitable la conversación se derivó hacia la situación económica de nuestro país. Fue cuando me dijo en tono de humor que lo que más sentía es que no iba a cumplir años suficientes para ver “¡Cómo acaba esto!”; advierto que goza de una extraordinaria salud. También me dijo que él, al menos, ya estaba en zona segura, la de la jubilación. “Tocar esto sería el principio del fin”, comentaba rebajando el tono de humor. Sintió escalofríos cuando le dije: “Papá, no te hagas muchas ilusiones, ahora no hay elecciones de nada en el horizonte por un largo tiempo y, por lo tanto, ya no tienen que forzar la máquina de los votos. Así que probablemente, tal y como vienen actuando, estarán afilando la guadaña para pasársela a los pensionistas por el gaznate”.
“Pero… quieres decir que a las personas como yo, que Sigue leyendo